Preguntas, preguntas y más preguntas



¿Y si de ahorro se trata, por qué no les bajamos el salario –para empezar- a los 500 diputados y a los 128 Senadores a la mitad, al 50 por ciento, con todo y bonos, aguinaldos y gastos de representación?
El viernes 12, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido Revolucionario Institucional César Camacho Quiroz, en un acto de la Confederación Nacional de organizaciones populares, alardeo la captura de 4 millones de firmas (según él), donde su partido le solicita incluir, en el proceso electoral del 2015, una pregunta a los mexicanos: Si están de acuerdo en que desaparezcan 100 diputados y 32 senadores de representación proporcional, en aras de ahorrarle dinero a los contribuyentes y darle viabilidad política al Congreso de la Unión.
En esa consulta popular del domingo 7 de junio que planea el PRI nacional por orden del Presidente de la República, el instituto político tricolor busca legitimarse con la sociedad respecto a un tema mediático, promovido e impulsado por la derecha reaccionaria en el país, que ha logrado desprestigiar a los legisladores para subrepticiamente darle más poder al Ejecutivo Federal, abonando en la consolidación de una dictadura con rostro monárquico.
Presume don César que en 18 días su partido logró recabar más de 4 millones y medio de firmas de ciudadanos que exigen el adelgazamiento del Congreso, con solo dos argumentos: ahorro en dinero y manejo político, pero se negaron a debatir sus dirigentes en foros el fondo del asunto, y en la aldea ni siquiera la boca abrieron a las convocatorias que se les hicieron, quizás porque estaban muy ocupados llenando las boletas y firmas en las presidencias municipales de ciudades medias y chicas, como en los viejos tiempos donde en esos recintos embarazaban las urnas y llenaban la documentación electoral, porque ellos tenían las maquinitas que las hacían.
Desde su casa u oficinas, los dirigentes estatales priístas bien pudieron, de manera epistolar, cruzar ideas y argumentos con cuanto ciudadano invitó al debate –como un servidor-, pero terminaron rehuyendolo quizás, al ayuno de tesis, nociones, principios, teorías y juicios al respecto.
Pero bueno, las firmas que hicieron en las presidencias municipales de toda la República ya están allí, y dado que el concepto por el que las recogieron en esa campaña es consultarle al pueblo sobre ahorro económico y político, yo les pregunto a los priistas, principalmente a los estatales de Veracruz lo siguiente:
¿Por qué en lugar de reducir 100 diputados de representación proporcional no eliminamos los 200, de una buena vez? ¿Acaso el ahorro no sería mayor?
¿Por qué no eliminamos a todos los senadores de la República? ¿Para que sirven? ¿Acaso sus atribuciones no las podrían desempeñar los 300 diputados que quedarían?
¿Y si de ahorro se trata, por qué no les bajamos el salario –para empezar- a los 500 diputados y a los 128 Senadores a la mitad, al 50
por ciento, con todo y bonos, aguinaldos y gastos de representación?
Y ya que andan de preguntones los priistas ¿Por qué no reúnen 4 millones y medio de firmas para preguntarle a los mexicanos si están de acuerdo en que les enjareten (obligatoriamente), las tarjetas “inteligentes†de la Comisión Federal de Electricidad, y les estén cobrando, por no decir robando sus pesos a los mexicanos? ¿Eso no sería una buena acción de ese partido con la sociedad en general, y más cuando el clamor popular habla ya de robo en despoblado?
¿Por qué no impulsa el PRI una campaña nacional para que el día de la elección de junio próximo le pregunten a los compatriotas si están de acuerdo en que sigamos manteniendo a los ex presidentes de la Republica, con salario para ellos, y para los más de 50 miembros del Estado Mayor Presidencial que les sirven de guaruras a ellos y sus familias?
Si a los dirigentes priistas les preocupa el bienestar de más de 100 millones de mexicanos deberían realizar una consulta popular para ver si están de acuerdo con los precios del gas, del diesel, de la gasolina, del transporte público, de los artículos de primera necesidad o de la canasta básica.
Ya no hablo de las consultas que debió promover el Presidente Enrique Peña Nieto respecto a temas trascendentales como la Reforma Energética, la Reforma Hacendaria, la Reforma Educativa, la reforma en telecomunicaciones o la Reforma Laboral, porque en todas ellas, la sociedad mexicana les importó un comino.
La demagogia con que se conduce el partido mayoritario en México es insultante para un pueblo con más miserables cada año, con más pobreza alimentaria cada mes, con más pobreza en materia de salud, con más pobreza educativa cada año y con más pobreza intelectual (gracias a televisa y tv azteca, cada día).
En lugar de medidas de forma que impulsa el PRI, sus dirigentes y el Presidente de la República deberían ir al fondo de toda esta problemática, que hay que decirlo, ha sido generada por ellos durante tantos años en el poder, donde sin consultarle a los mexicanos le han perdonado o devuelto impuestos a los multimillonarios en esta nación; donde han permitido que dirigentes sindicales sean corruptos y vivan como jaques; que los ex presidentes de la República y exgobernadores, siendo unos verdaderos pillos, sigan disfrutando nuestro dinero (esos que ahora si le interesa al PRI que se ahorren), viajando por el mundo.
¿Cuándo veremos un PRI responsable, serio, legítimo, democrático y casado con la sociedad nacional?
¿Será por eso que don Enrique va en picada en todas las encuestas, inclusive en las de Ciro Gómez Leyva?

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