Nada Personal

Luego llora Miguel Ángel

J.M. Pasado



Si alguien conoce a la perfección a Miguel Ángel Yunes Linares es el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI Felipe Amadeo Flores Espinosa, quien no se equivoca al declarar que el candidato de la alianza PAN-PRD para gobernador concentró su campaña en el Ministerio Público.
No podía ser de otra manera. Yunes Linares es un policía, formado siempre para ejercer el poder policiaco, la represión, hostigar y amenazar con mandar a la cárcel a sus enemigos políticos
* Luego llora Miguel Ángel

* Ese arroz ya se coció...

* El borrachazo de Calderón

Si alguien conoce a la perfección a Miguel Ángel Yunes Linares es el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI Felipe Amadeo Flores Espinosa, quien no se equivoca al declarar que el candidato de la alianza PAN-PRD para gobernador concentró su campaña en el Ministerio Público.
No podía ser de otra manera. Yunes Linares es un policía, formado siempre para ejercer el poder policiaco, la represión, hostigar y amenazar con mandar a la cárcel a sus enemigos políticos.
Ese es Miguel Ángel, un ex porro de la Universidad Veracruzana que en los tiempos de Patricio Chirinos, siendo secretario general de Gobierno, se sospechó por aquellos años, mandó desaparecer a la activista Libertad Hernández Landa y al promotor de muñecas, el famoso profesor “Adán” que se distinguía ante la clase política veracruzana por su amplio catálogo de carnes frías.
En aquellos tiempos en que Miguel Ángel Yunes Linares se convirtió en el poder tras el trono, el reclusorio regional de Pacho Viejo lo llenó de campesinos y políticos a los que reprimió. A varios periodistas los persiguió, hostigó e hizo que se exiliaran del estado. Lo mismo hizo con políticos que no comulgaban con él a quienes amenazó siempre con la misma frase: “24 horas para abandonar el estado o atente a las consecuencias”, eso lo tiene bien registrado Enrique Ampudia Mello, uno de sus brazos ejecutores.
Y tan bien lo conoce Felipe Amadeo Flores Espinosa que otra vez lo va a dejar chiflando en la loma, con el bate y la ambición enorme de pretender ser gobernador de Veracruz para cobrar venganza.
Amadeo declaró que Miguel, “después se pone a llorar cuando la sociedad o investigaciones de los medios de comunicación como las que hicieron con el asunto de los Panama papers o de las casas en Nueva York o de todas las otras cosas que salieron (...); él así empezó y así va a terminar, por los problemas que trae”. Tiene mucha razón Flores Espinosa.
Todos conocen bien a Miguel Ángel Yunes. El líder nacional del magisterio Juan Díaz de la Torre sabe que el candidato del PAN-PRD a la Gubernatura de Veracruz, en los tiempos de Elba Esther Gordillo Morales, traicionó su confianza y la de los maestros, por eso pide no elegir “ni aventura (Cuitláhuac) ni venganza (Miguel Ángel)”, sino un gobernador que garantice los derechos laborales de los maestros y ese es Héctor Yunes.
Más claro ni el agua.

ENCUESTAS, AVENTAJA HYL

A unos días de las elecciones más competitivas en Veracruz, las cosas parecen, al menos eso se ve, que van definiéndose con resultados que están a la vista.
La gran sorpresa, porque sí lo es a juzgar por la lectura al comienzo de la campaña, ha sido el crecimiento de Héctor Yunes, quien en casi todas las encuestas sobrepasa por mucho a los otros dos candidatos que, a estas alturas, cuentan desde sus “cuartos de guerra”, ya perdieron la esperanza de gobernar el estado.
La última encuesta de El Financiero trae datos muy precisos y sorprendentes: Héctor con 36 por ciento; Miguel Ángel, de los 40 y tantos puntos que según él traía, tiene 34 y Cuitláhuac se queda con solo 25 por ciento.
Es increíble cómo han venido sucediendo las cosas en esta campaña: Miguel Ángel Yunes se creyó muy seguro y a medida que pasaron los días y se fueron ventilando sus desfalcos y su pasado de pederasta, se fue en picada.
Cuitláhuac García,
que creyó que era suficiente esperar a ver qué pasaba con los dos Yunes, se fue desbancando debido a que mostró su gran ignorancia y poca experiencia para ocupar un alto cargo.
Todo lo anterior se reflejó con mayor fuerza en los cierres de campaña de los candidatos del PAN-PRD y de Morena. El primero cerró con la visita del expresidente Felipe Calderón, lo que fue un craso error porque de todo lo que dijo, es decir echarle tierra a Javier Duarte, se le revirtió, pues parece que la memoria le falló, ya que se le olvidó que él gobernaba cuando se desató la inseguridad y tendría que haber sabido de los delitos de los que hoy acusa a Duarte, es decir, se hizo de la “vista gorda”.
Y para qué decir de Cuitláhuac, que trae a su líder, el mismo que “desconoce a su hermano” porque no piensa igual que él y además nuevamente mostró su prepotencia e intolerancia con los medios que cubrieron el evento.
Tres personajes se la juegan el próximo domingo: Héctor El Bueno en toda la extensión de la palabra, Yunes El Malo con un pasado que lo persigue y lo perseguirá el resto de su vida y Cuitláhuac, a quien le estorba su ignorancia, su inexperiencia y sobre todo su titiritero, Andrés Manuel López Obrador, que es capaz de desconocer a su propia familia, entre otras linduras.
En unos días tendremos nuevo gobernador y de seguro es un Yunes... y los números parecen revelar que se llama Héctor.

NO MARCHEN

Pedro Arturo López Obrador, de Macuspana, Tabasco, vive en Veracruz y aquí vota. Lo hará, ha dicho, por Héctor Yunes Landa. Su hermano Andrés Manuel lo fulminó con una condena: es un traidor y ya dejó de ser su hermano. El Peje votará por Cuitláhuac García Jiménez, a quien designó candidato de Morena a gobernador de Veracruz, pero no podrá votar por él porque está empadronado en la Ciudad de México. En síntesis, desconoce a su hermano porque no votará como él va a hacerlo. Quiere fortalecer a Morena porque él será su candidato a la Presidencia de México en 2018. La política es el oficio más noble del mundo, porque otorga el privilegio de trabajar para todos los demás. No parece que André Manué piense lo mismo. Es decir, la política no es mala, quienes la malean son los políticos, para quienes el poder más alto queda rebajado al “pinche poder”. Ni modo; por sus dichos y hechos los conoceréis. Eso es intolerancia y dictadura: no se respeta ni la libertad del hermano para decidir a quién elige para que lo gobierne. Staka Brown diría lo mismo... Felipe Calderón no cambia, sigue siendo el mismo borracho de siempre, desde cuando el extinto Carlos Castillo Peraza lo llevaba a sus sesiones de AA. Por eso no se descarta que su presencia en tierras veracruzanas la haya hecho bajo los efectos del alcohol, de otra manera no se entiende la serie de disparates que vino a decir en contra de Duarte. En su momento como presidente de México hubiera actuado con la ley en la mano, pero no lo hizo porque nada de lo que declaró en el puerto de Veracruz fue cierto. Tan no fue cierto que dicen los que lo vieron en el Aeropuerto Heriberto Jara Corona que el expresidente se fue bien servido y la prueba es que ayer no libró el impacto de otro vehículo a su camioneta cuando se dirigía a un acto político electoral en Quintana Roo. El tufo fue lo que recibieron quienes le prestaron auxilio al expresidente que carga en sus espaldas más de 60 mil muertes violentas por un sexenio fallido. Entre borrachos y pederastas nos quieren gobernar. ¡Cuidado con eso!... Nos vemos mañana.