Plaza Caracol

¡Hablemos de financiamiento pues!

Helí Herrera



No puede postergarse la discusión y más cuando Movimiento Ciudadano presentó una iniciativa formal para que los partidos políticos no reciban un peso del erario público, lo que lleva a preguntarnos: ¿Cómo desarrollarán entonces todas sus actividades éstos partiendo que son entidades a través de los cuales los ciudadanos pueden llegar a ocupar cargos de elección popular, y la ciudadanía elegir de entre muchos que aspiran a ello?
No es menor el tema. De hecho en los últimos meses se ha desatado una ola de propuestas de diversas organizaciones, intelectuales, académicos y algunos partido políticos como Morena y Movimiento Ciudadano en el sentido de suprimir constitucionalmente el financiamiento a los partidos políticos, acusándolos de actos de corrupción, de privilegios que no deben existir frente a la situación que vive el país y los mexicanos.

Casi nadie desea sacar una opinión contraria a lo que es una exigencia de la ciudadanía frente al descrédito del sistema electoral nacional, del gobierno en sus tres niveles y, en efecto, de los partidos políticos de quien nos enteramos por los medios de comunicación los millonarios recursos que reciben del Estado cada año.

No puede postergarse la discusión y más cuando Movimiento Ciudadano presentó una iniciativa formal para que los partidos políticos no reciban un peso del erario público, lo que lleva a preguntarnos: ¿Cómo desarrollarán entonces todas sus actividades éstos partiendo que son entidades a través de los cuales los ciudadanos pueden llegar a ocupar cargos de elección popular, y la ciudadanía elegir de entre muchos que aspiran a ello?

Todos entendemos que los partidos políticos necesitan tener oficinas, secretarios, militantes que atiendan a la ciudadanía, gasolina, vehículos para recorrer los estados y realizar diálogos y discusiones con hombres y mujeres, asambleas municipales, estatales y nacionales que implican contratar inmuebles y muebles para celebrarlas, publicidad en campañas, pago de teléfonos, de luz, papelería computadoras para que cumplan en verdad con las funciones de difundir sus principios, programas y objetivos en cada elección.

Si se les quita el financiamiento público la pregunta es: ¿De dónde obtendrán los recursos para todos estos menesteres? Porque de algún lugar tendrán que salir y la respuesta inmediata es: De las cuotas que deben dar todos sus miembros y funcionarios que, con conocimiento de causa les afirmo, no les alcanzaría ni para un 20 por ciento de ellas a los partidos grandes (PRI, PAN, MORENA o PRD), y ni qué decir de los partidos pequeños que tienen menos alcaldes, regidores, síndicos, diputados locales o federales o gobernadores, lo que obligaría a los dirigentes a buscar financiamiento privado –que lo prevé la Constitución en cuatro apartados, aunque en ínfima proporción-, lo que conlleva a riesgos que es necesario examinar de manera serena y reflexiva, sin ciegues, influenciados por el odio que se tiene por éstos, ganado a pulso, habrá que apuntarlo, por culpa de políticos vivales que sin pudor muestran sus riquezas como los del partido verde, o de otros tantos que por mas que quieran ocultarlos, suelen aparecer con mansiones en México y el extranjero.

Las alternativas que tienen Acción Nacional y el PRI se circunscribirían en primer lugar a sus fuentes oficiales, los que siempre los han financiado por debajo del agua como ha sido el caso de Televisa (que hasta esposa les ha buscado a los candidatos y hoy promueven a una en una telenovela), el clero político que tanto desde el púlpito a través de marchas callejeras, y económicamente apoyan cuando les conviene a uno, y cuando no al otro; la iniciativa privada por medio de la Coparmex, la Concanaco, los grupos de poder económico liderados por María Asunción Aramburozabala, Eugenio Garza Sada, Alberto Bailléres, Rogelio Zambrano Lozano o Ricardo Salinas Pliego, es decir, miembros todos de las 14 familias más pudientes de México, que desde luego no lo han hecho de gratis,
porque cuando éstos partidos han triunfado les han devuelto con creces los dineros recibidos en acciones públicas que les han multiplicado sus fortunas.

Del partido Verde y del Panal, ni preocuparse. El primero porque es la caja chica del PRI y algo les queda de lo que recibe, y el segundo porque seguirá viviendo de las cuotas que un gran número de maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación aporta por medio de sus cuotas sindicales.

No, el problema viene siendo para el resto de los partidos políticos y más para Morena y Movimiento Ciudadano, porque el PRD con sus alianzas vergonzantes con la derecha se está consolidando poco apoco como su sucursal, y como tal le dan migajas; Encuentro Social no se preocuparía porque lo financia el mismo gobierno por conducto del secretario de gobernación, Miguel Osorio Chong, pero ¿Los otros dos que son, además, los promoventes de la iniciativa para desaparecer las prerrogativas económicas a los partidos? ¿Lo hacen solo como una postura populista a fin de allegarse votos en las elecciones venideras? ¿Porque en verdad abrazan esa postura y forma parte de su declaración de principios y esta instituida en sus estatutos y programa de acción?

De ser así a mi me agradaría saber que alternativas presentan esos dos institutos políticos como fuentes alternativas de financiamiento, en el entendido, insisto, que ni creyendo en las lealtades de sus funcionarios con su partido para pagar cuotas de los cargos de elección popular que ganaron les alcance para sobrevivir por lo menos una elección, hablando sin demagogia, claro está.

¿A quién le van a pedir dinero para competir contra los candidatos y partidos de la burguesía que saben, de acuerdo con las reglas que tiene la ley electoral, que para ganar una elección se necesita mucho dinero? ¿A los trabajadores del campo y de la ciudad que son sus principales militantes y que apenas si tienen para sobrevivir en la terrible crisis económica, casi diría yo de sobrevivencia, que padecemos por culpa de la mala conducción política de los lideres de esos dos partidos?

Examinemos con mucha responsabilidad esta propuesta porque de manera simplista podría apuntar que los mismos líderes de esos partidos políticos estarían colocándolos al mejor postor y a su servicio, desde luego.

Por ejemplo un Carlos Slim que le dijera a don Andrés Manuel “¿Cuánto necesitas para tu elección presidencial?, pero……Ya sabes que si ganas, requiero un gobierno que defienda mis intereses económicos”.

Y si no son los millonarios de México los que financien a esos dos partidos ¿Quién? ¿Los más de casi 80 millones de mexicanos empobrecidos y miserables? ¡¡Por favor!!

Lo digo con mucha responsabilidad, serían aquellos que se dedican actividades ilícitas dado que les serviría hasta para lavar dinero. Como ejemplo, allí está lo sucedido en Colombia cuando Pablo Escobar Gaviria se apropió del partido Alternativa Liberal que estuvo a punto de llevarlo como su candidato a la presidencia de la república de esa nación.

Que hay que reducir sustancialmente el presupuesto de las partidas públicas para los partidos políticos es necesario y urgente, para ello hay que cambiar las reglas electorales suprimiendo los regalos, las comilonas, los dispendios en publicidad que al terminar se va al basurero, y obligar a todos a que las campañas electorales se hagan en los medios de comunicación de manera gratuita.

¡El remedio puede resultar peor que la enfermedad!