PLANA MAYOR

El infierno o acto circense

Gaudencio



“Cuanto más te disfraces más te parecerás a ti mismo”. José Saramago
Inevitable. La lucha sorda que viene entre dos generaciones de viejo cuño, formados en la vieja nomenclatura del PRI por el mismo maestro, uno tránsfuga del partido que lo vio nacer y hoy arropado camaleónicamente en las filas del PAN y, el otro, aferrado en el mismo instituto contra viento y marea, concatenará sombríos episodios con destino al infierno que viene.

Pero con este epílogo entre expriistas y priistas qué rayos ganará la sociedad civil y los ciudadanos de a pie. ¿Se va a recuperar el daño causado a las arcas de las finanzas públicas del estado que tiene en jaque a los contribuyentes y a los sectores productivos por el prófugo de la justicia? ¿La horda de la cofradía del Duartegate cuándo pisará la prisión? El tiempo corre y está en contra del reloj político del bienio yunista.

A más de 3 meses de andar a salto de mata de la justicia, resulta evidente que el exgobernador Javier Duarte es una “papa caliente” para las altas esferas de Los Pinos. En cuatro ocasiones que ha sido localizado, curiosamente el autor del Duartegate se ha burlado de los muros de la Policía Federal porque algunas esferas de primer nivel federal le han dado el “pitazo”, según revela el periodista capitalino Salvador García Soto.

Este domingo 22 el exgobernador de Veracruz y Cónsul en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán, anunció por diferentes medios a la prensa capitalina su abdicación al cargo que le confirió el presidente EPN el 19 de octubre de 2015 para responder todos los señalamientos flamígeros que le enderezó su irreconciliable enemigo, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, desde la caída de su discípulo Javier Duarte, el miércoles 12 de octubre de 2016.

Tanto Yunes como Herrera, fueron formados en la vieja escuela del PRI, contemporáneos en las lides estudiantiles universitarias, amigos de correrías, alumnos del candidato y gobernador priista Rafael Hernández Ochoa (1974-80), se disputaban el turno para lucir sus dotes oratorios. El político de Santa Gertudris, municipio de Vega de Alatorre, formó una camada de jóvenes que a la vera del camino se convirtieron en gobernadores.

Hernández Ochoa (+), político de viejo cuño, compadre del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-76), a la sazón de Teresa Peñafiel de Hernández, comadre de doña María Esther Zuno de Echeverría (de los Zunos de Jalisco), quien saltó de la diputación federal por el distrito de Misantla a la gubernatura de Veracruz, tras el famoso “carbonellazo” —otra historia que contaremos—, gracias a la relación afectiva de su cónyuge con la compañera María Esther, como prefería que la llamaran.

Con la llegada del gobernador Agustín Acosta Lagunes (1980-86), conocido en el argot político como Disgustín (+) —tenía un fuerte carácter y más que político era un administrador como lo confirmó la institución de donde salió para ser postulado por el PRI: la Casa de la Moneda—, fue Miguel Ángel Yunes quien dio la cara para recriminar la política revanchista que había orquestado Acosta Lagunes en contra de las principales figuras hernandezochoístas, acusándolos de corrupción e enriquecimiento inexplicable.

Hernández Ochoa, hombre de fuerte carácter también, de formación campirana, mal hablado algunas veces, cansado de la actitud persecutoria que había desplegado su predesor priista en contra de sus principales colaboradores, puso al tanto al entonces presidente
José López Portillo y Pacheco (1976-82) y amenazó con tomar represalias contra el gobernador si no dejaba de hostigar y perseguir a sus excolaboradores.

Acosta Lagunes, nacido en el exDefe pero con raíces consanguíneas en Actopan —la época del florecimiento de los gatilleros y caciques que mantenía a la zozobra a la sociedad civil—, puso fin a su campaña de revanchismos y cacería de brujas, pero antes hizo pasar una mala noche al extinto José Luis Lobato Campos, exdirector del IPE —uno de los mejores pilares del florecimiento del instituto— y a Carlos Padilla Becerra, exdirector del DIF estatal. Una línea de crédito de Nafinsa, fue la causa.

Después de este epílogo, Yunes Linares y Herrera Beltrán se reencontrarían en la campaña del candidato y gobernador priista Patricio Chirinos Calero (1992-98). Con don Fernando Gutiérrez Barrios (1986-88), Yunes incubó una animadversión a tal grado que sus peyorativos eran recurrentes y lanzaba dardos ironizando que cómo era posible que “un policía estuviera al frente de la gubernatura (sic)” y que para ser veracruzano “no se necesitaba andar de paliacate (re sic)”, en clara alusión a Gutiérrez Barrios que en algunos eventos usaba su clásico paliacate rojo.

Con Patricio Chirinos coincidieron los dos. Pero ya había un encono que fue creciendo y que con el paso de los años se convirtió en una lucha frontal a muerte política. De amigos de juergas, hoy son enemigos irreconciliables. ¿Qué ocurrió? Confidentes de ambos bandos, dicen que la enemistad nació por la disputa de faldas. Ni uno ni el otro lo han desmentido o confirmado.

Pero vayamos al infierno en puerta que se abrió en Veracruz o acto circense. ¿Lo que viene es el principio del fin para la generación del excónsul? ¿Este duelo entre Miguel Ángel y Fidel con olor a azufre en qué beneficia a la sociedad civil? ¿El ajuste de cuentas entre dos exgobernadores y un gobernador en funciones permitirá activar la economía y moralizar las instituciones públicas, hoy por hoy en el pique, en el abismo, pues?

Este es el sumario que estuvo esperando pacientemente Miguel Ángel, que a estas alturas debe estarse regodeando de la caída del excónsul en Barcelona y que según él obedece a las denuncias que aportó en su contra por haber suministrado medicamento clonado cuando fue gobernador del estado.

Y la paradoja de MAYL, tanto criticó y lanzó anatemas contra el entonces gobernador policía (+), Fernando Gutiérrez Barrios, que acabó impactándole aquel bumerang ponzoñoso que lo desnuda con la renuncia de Fidel al consulado, de acuerdo con su propia versión, aunque discrepa de la versión oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Tuvo que esperar 12 años pacientemente para aplicar el popular refrán bíblico: “Siéntate en la puerta de tu casa, y veras pasar el cadáver de tu enemigo”. Pero no vaya a ser que en este encono sórdido se revierta con otro refrán: “Los muertos que vosotros matáis, gozan de cabal salud”.

Hay que hacer votos porque este escenario no se convierta en un espectáculo circense y sólo sirva para distraer a la apabullada sociedad civil con el quiebre de las finanzas públicas, el desempleo, inseguridad pública, nepotismo y el gasolinazo en Veracruz. ¿Y sus compromisos de campaña que tanto alardeo? Los votantes quieren hechos, no populismo. ¡Ya, ya, ya! ¿De acuerdo? Comentarios a gau41@hotmail.com