Vamos a tomarle la palabra al maestro Francisco Monfort Guillén, de realizar un pacto de confianza entre el gobierno y la ciudadanía, justo y necesario para restablecer el puente social, pero vale la pena preguntar ¿Quién convocaría a ese pacto? ¿Se bajaría Miguel �ngel de la nube de soberbia y sed de venganza para la reconciliación? El pueblo veracruzano, más puesto que un calcetín, pero del lado del gobierno no se asoman las buenas intenciones, al menos no, hasta ahora.

Nadie, en su sano juicio, desea que le vaya mal a Veracruz, pero ese pacto de reconciliación tendría que venir por parte del gobierno. Que Miguel �ngel Yunes Linares gobierne para todos y no para unos cuantos, que deje de lado sed de venganza y rencores para transitar juntos a la paz y la tranquilidad social que tanto anhelamos los veracruzanos.

Cierto lo que declara el maestro Paco Monfort, quien como jefe de la Oficina del Programa de Gobierno, acaba de hacer una autocrítica de lo más razonable. Sus años de experiencia en la política, en el renglón electoral y como académico e intelectual, sabe de estos trajines. Sabe que si no se tienden puentes de comunicación entre sociedad y gobierno, por más esfuerzos que se hagan, todo será estéril.

Dice el funcionario estatal que la destrucción de Veracruz fue enorme, no sólo en el aspecto financiero, sino se hizo daño también en las relaciones sociales para mantener la estabilidad en la seguridad pública, para que florezca la educación y la salud.

Esto no significa que se deje de aplicar la ley en contra de los que destruyeron a Veracruz, que no nada más vayan a la cárcel sino que regresen todo lo que se robaron, que fue mucho, aunque lo que se observa es que ya hubo perdón para algunos como la diputada local Luisa �ngela Soto Maldonado, secretaria de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, a quien el mismo gobernador Yunes, reconoció su “esfuerzo�, en el marco del programa Mujer Veracru-Sana, que tiene todo el sello electoral.

La diputación local que obtuvo Soto Maldonado fue por herencia de Duarte, por los servicios brindados al exgobernador prófugo, controlando a la base trabajadora y a través del entonces secretario de Gobierno, Erick Lagos, desestabilizando la labor de algunos exsecretarios. Recientemente, el extitular de Salud, Juan Antonio Nemi Dib, la acusó de ser una de las principales autoras de la crisis de la dependencia y de haber participado en la compra de medicinas falsas, pero ahora es gran aliada del yunismo.

Ojalá y las declaraciones de Monfort Guillén sean analizadas entre los miembros del gabinete, sobre todo cuando precisa que es necesario que el