Paro en el Tec exhibe abandono de directivos
26 de Agosto de 2014
Cinthia Zúñiga / Veracruz, Ver.
Abandono inmobiliario, talleres de ingenierÃa incompletos o con material obsoleto, aulas y sillas roñosas y baños sin agua ni enseres de limpieza.
Éstas son las precariedades en las que viven cada dÃa los estudiantes del Instituto Tecnológico de Veracruz.
Tras seis dÃas de paro en la institución, los alumnos inconformes realizan guardias en los tres puntos de entrada y salida que tiene el colegio.
Junto a las despintadas, oxidadas y solitarias casetas de vigilancia, los alumnos viven de manera improvisada, pues el resguardo de las instalaciones es permanente.
Extienden cobijas y almohadas sobre el pasto en donde descansan mientras esperan a que sus compañeros arriben para realizar el cambio de guardia.
Padres de familia y los mismos estudiantes elaboran alimentos para que todos los inconformes tengan comida y agua, además de que limpian las instalaciones y mantienen seguro el lugar.
Desde el primer dÃa del paro, la directora MarÃa Elena Rojas Rauda desconectó el internet inalámbrico y mandó a un notario para realizar inventario de todas las pertenencias que tiene el Itver.
El gendarme del elefante blanco
Provoca singular impresión la presencia permanente de Diego, un albañil de 27 años, que lleva dos meses contratado exclusivamente para cuidar la obra negra del Taller de Mecatrónica, inmueble que desde el 2008 sigue sin concluir.
Este trabajador de la construcción vive seis dÃas a la semana dentro de este inmueble; su único dÃa de descanso es el domingo, mismo que ya no tiene debido al paro de labores.
“Yo estoy aquà seis dÃas a la semana; como aquÃ, duermo aquÃ, todo, me depositan quincenalmente, no se el nombre de la empresa, sólo me trajo mi patrón y ya. No se cuándo vaya a arrancar la obra, sólo vengo a cuidarâ€, expresó.
Al parecer los recursos están invirtiéndose en guardias para cuidar a este elefante blanco en vez de ocuparse por comprar el equipo e instalaciones necesarias para arrancar de nueva cuenta esta construcción que lleva seis años incompleta.