Reflexión

Los corruptos que nos saquearon, ¿nos robarán la esperanza?

José



La amenaza de allá del gobierno de Trump abre una oportunidad de oro para Latinoamérica y más para México, dice el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz, pues vislumbra una mejor justicia social y una economía más distributiva, rompiendo con la concentración criminal de los capitales y ya lo estamos viendo apenas ayer con el consejo Coordinador Empresarial que, “apostando por México", anunció una inversión de 3.5 billones de pesos que nunca se supo dónde estaban inactivos
El país está a punto de no creer nada y lo más grave que nos pueda pasar, es en perder la esperanza en nuestro futuro, pues es tanta la incertidumbre que permea por doquier, que por cualquier lado que se mire, no queda una sola rendija de pudor, como que la amenaza que se cierne sobre la humanidad está a punto de arrastrarnos y el país –tan saqueado y vilipendiado de mil formas– está condenado a su hundimiento; sin embargo, sobre esa acechanza está el renacer de un cambio.

Nos preocupa lo que está sucediendo en el país vecino sin reflexionar que se nos está obligando abrir los ojos. La amenaza de allá del gobierno de Trump abre una oportunidad de oro para Latinoamérica y más para México, dice el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz, pues vislumbra una mejor justicia social y una economía más distributiva, rompiendo con la concentración criminal de los capitales y ya lo estamos viendo apenas ayer con el consejo Coordinador Empresarial que, “apostando por México ,”anunció una inversión de 3.5 billones de pesos que nunca se supo dónde estaban inactivos, pese a que el gobierno había decretado beneficios -exención de impuestos- a quienes hicieran que sus capitales en el extranjero retornarán a nuestro país.

Sin embargo, ellos saben dónde y cuándo invierte y no dan paso sin guarache, pues apelan al gobierno a que reduzca el gasto desordenado de su presupuesto en todos los niveles, porque como ha quedado probado por la Auditoría Superior de la Federación, que no existe espacio vacío en los tres poderes del gobierno, federal, estatal, municipal o en el poder judicial, diputados y senadores, donde mediante presupuestos ficticios o fideicomisos se han generado los grandes negocios en detrimento del desarrollo del país, en tanto las escuelas, los centros de salud, las carreteras, y la miseria del pueblo, es pan que se nos da todos los días, y la ”comalada “de bribones es cada vez mayor, pues ahora hasta la Sedena construye para el Consejo de la Judicatura Federal, sin cumplir con la normatividad.

El saqueo indiscriminado en nuestro país no tiene nombre
y ello nos resta autoridad moral para intervenir en cualquier foro, en tanto vemos que en otros países –Brasil, Perú, Guatemala, Colombia, etcétera–, las consecuencias son severas, mientras que aquí se pierde la esperanza que se tenga solución a la vista, pues lo mismo se ordena acribillar a presuntos delincuentes por ese solo hecho, y los presupuestos autorizados se desvían de manera criminal, a grado tal que la desesperación se apodera de la auditoria superior de la federación porque, desde su existencia o funcionamiento, nadie ha sido castigado o que se haya reparado el daño, en conclusión, existen mil leyes anticorrupción pero sin posible aplicación interior, lo que exige, que un país extranjero nos condene, e incaute esos bienes, pues las fiscalías, de cualquier orden, están al servicio de quien lo nombra y paga.

Da escozor escuchar el informe de la Auditoría Superior de la Federación que acredita su ineficacia e ineficiencia, pues no justifica el gasto burocrático sólo para saber que estamos en situación económica crítica, no porque no haya recursos suficiente, sino porque los que ejercen funciones públicas son ladrones de siete suela que , en su insaciable voracidad, no dejan títere con cabeza, así aconteció con Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, a nivel federal, como de los gobernador de Michoacán, Veracruz, Estado de México, Jalisco y las demás entidades del país que saqueado a sus pueblos y que de seguro esos recursos sustraídos ilícitamente no se encuentran en nuestro país sino en el extranjero. ¡Vaya desfachatez!

Por eso la revolución que ha causado y seguirá causando Trump en el interior y exterior de su país con su política fuera de serie, puede llegar al extremo de incautar a aquellos bienes que, a su juicio, considere que son de procedencia ilícita y con ellos solventar los gastos del tan llevado y traído “muro”, aunque no es tarea fácil por cumplir, porque el dinero no tiene nacionalidad, aunque existe el fundado temor que puede acontecer.

*Diplomado en Amparo y Derechos Humanos.
limacobos@hotmail.com.