La delgada liga senadores-gobierno



Ahora es Pepe el que marca la raya, el que critica, el que señala, el que puntualiza, el que le dice a los veracruzanos que de llegar a ser gobernador por dos o por seis años pondrá orden en las finanzas públicas del gobierno
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Que yo recuerde, jamás el estado de Veracruz tenía enfrentado a sus dos senadores de la República con el gobierno local, cuanto estos tres entes militan en el mismo partido político.
Por eso el distanciamiento público que desde hace varios meses muestran Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla con el titular del Poder Ejecutivo llama la atención no solo en la entidad, sino a escala nacional porque el conflicto, ellos mismos se han encargado que llegue a la vista y oídos del presidente de la Repúbica, dado que en una visita al municipio de Boca del Río, él fue testigo de la evidenciada que ambos miembros de la Cámara alta le dieron al gobernador, en el afán, dijeron ellos, de mostrar que en el PRI de Veracruz hay solo una -unidad artificial, ficticia-.
¿Cuál es la causa que ha generado este distanciamiento, que en el caso del senador oriundo de Perote cada vez se profundiza más y manda señales de una improbable reconciliación, porque al parecer el papel que ha asumido de opositor a las políticas públicas del Ejecutivo estatal le ha redituado más simpatías tanto en la entidad, como en el altiplano por criticar el desbarajuste económico en que dejó hundido Fidel Herrera Beltrán a Veracruz y que Duarte no ha podido remediar?
Indiscutiblemente que la reforma legislativa para que, al concatenar las elecciones federales con las locales como lo exige la nueva Ley Electoral Constitucional, en el caso de la gubernatura ambos senadores exigían que fuera de cinco años y no de dos como a final la propuso Javier Duarte. Los primeros por visión de un gobierno con margen de maniobra para orquestar el desarrollo de nuestra entidad y el segundo por intereses de grupo y, según él, para evitar que la oposición le arrebate al PRI la gubernatura en 2016, como lo ha venido repitiendo reunión tras reunión provocada por él mismo.
La aprobación en diciembre pasado por la LXIII Legislatura de que elijamos un gobernador por solo dos años unió a Héctor y Pepe que no estaban peleados pero sí distanciados, porque ambos aspiran a ese cargo. Los hizo sumar fuerzas y objetivos políticos y cambiar el lenguaje de tolerancia, colaboracionismo y alabanza para con el gobernador Duarte, por uno más beligerante que asumió primero el de Soledad de Doblado y ahora el de Perote, llegando al grado de dejar hablando solo al Ejecutivo estatal, lo que da una muestra, si no del rompimiento total, sí de una sana y kilométrica distancia a la que abona cada día más José.
En efecto, el que inició el conflicto fue Héctor, utilizando un lenguaje duro, amenazador, de enfrentamiento directo con el inquilino de Palacio de Gobierno que lo ha venido cambiando poco
a poco por uno más conciliador, a raíz de una probable reunión que sostuvo con Javier Duarte en la Casa de Gobierno, que no ha desmentido y que le ha valido la crítica de "doblez", aunque él afirma que el compromiso con José Yunes Zorrilla de ponerse de acuerdo para que alguno de los dos luche por la candidatura de su partido por la gubernatura de dos años y el otro por la de seis, sigue adelante.
Ahora es Pepe el que marca la raya, el que critica, el que señala, el que puntualiza, el que le dice a los veracruzanos que de llegar a ser gobernador por dos o por seis años pondrá orden en las finanzas públicas del gobierno porque son un desgarriate, pero va más allá cuando asume el compromiso de llevar a tribunales a todos aquellos funcionarios que hayan dilapidado y hecho mal uso de los dineros que tenían bajo custodia y con un fin público determinado.
Puntualiza que hubo y hay funcionarios que cuando llegaron al poder público tenían una mano adelante y otra atrás y que en menos de 10 años son multimillonarios. Que a esos malos servidores públicos lo único que les espera es la cárcel y la confiscación de todo lo mal habido, como una muestra hacia la sociedad veracruzana que él va a combatir de verdad, la corrupción y el desvío de los dineros públicos, sin distinción aguna.
Este discurso ha generado entre las bases priistas un inusual apoyo al precandidato "rebelde", al crítico del gobierno y así se observa en los actos que desde Las Choapas hasta Pueblo Viejo asisten a convocatoria del senador, donde terminan manifestándole su respaldo y apoyo para su proyecto y de jugársela con él hasta donde quiera.
Este conflicto de los senadores con el gobernador ha hecho que las elecciones del próximo 7 de junio pasen para los priistas veracruzanos a segundo término, salvo en aquellos distritos donde los candidatos tricolores tienen un marcado sello duartista, puesto que existe el rumor que de entre los distritos de Acayucan, Tuxpam o San Andrés Tuxtla pudiera surgir el candidato de Palacio de Gobierno para la gubernatura de dos años y que, como están las cosas, sería el que se confrontará con Héctor o José en el proceso priista interno de selección de candidatos que, de no ser claro, prístino y diáfano prevé el descarrilamiento del partido tricolor en Veracruz para las elecciones del año próximo.
¿Qué pasará en estos próximos 65 días que restan para la elección federal entre los senadores y el gobierno de Veracruz? ¿Bajará de volumen el discurso de José Yunes Zorrilla? ¿Lo modificará y volverá más conciliador con respecto a las acciones del gobierno? ¿Lo mantendrá y aumentará para seguir acrecentando su liderazgo entre la militancia priista y algunos sectores sociales?