Fiscalía Anticorrupción



QUÉ LÁSTIMA QUE EL CAMINO HACIA EL INFIERNO, SIEMPRE ESTÉ EMPEDRADO DE BUENAS INTENCIONES
En 14 años, entre 1998 y 2012, se presentaron 444 denuncias por delitos relacionados con servidores corruptos y solo se consignaron siete.

Entre 2000 y 2013, de 63 gobernadores que estaban en funciones, 41 fueron exhibidos por 71 casos de corrupción. Se investigaron a 16 y de ellos solamente se les encontró culpables a cuatro, es decir, que del universo total, únicamente el dos por ciento de los delitos cometidos por pillos camuflados de servidores públicos, como Javier Duarte, Tarek Abdalá Saad, Ricardo García Guzmán y toda esa runfla de facinerosos, terminó con sentencias de cárcel, según información del Censo de Impartición de Justicia del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO).

Tales estadísticas, revelan sin duda que el trabajo del próximo Fiscal Anticorrupción, hombre o mujer, será arduo y tendrá que enfrentar múltiples escollos difíciles de salvar.

Su principal tarea será perseguir los delitos que rebasen el ámbito administrativo y deban castigarse por la vía penal.

Deberá coordinar a los agentes del Ministerio Público y conjugar esfuerzos para que las investigaciones abarquen todas las aristas posibles y emitir normas o lineamientos que le permitan llevar a cabo de la mejor manera su labor.

Empero, el o la Fiscal dependerá de la aun inexistente Procuraduría General de la República, por lo que es obvio que su labor no podrá ser totalmente autónoma, ósea, que será difícil que haga justicia y aplique la ley en contra de los políticos del poder, por obvias razones.

Aun así, su primera acción, será tratar de ganar un mínimo de confianza y ello sólo lo conseguirá disminuyendo los escandalosos niveles de impunidad que es lo que prohíba la corrupción.

La sociedad civil, al menos en Veracruz, ha dejado más que claro que el nombramiento del Fiscal Federal Anticorrupción, es uno de los más importantes dentro de la estructura del Sistema Nacional
Anticorrupción (SNA), pues será el encargado de investigar y perseguir los delitos cometidos por funcionarios corruptos, de todos los niveles y llevarlos a la cárcel, cosa que el Fiscal de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, no ha podido lograr ni creemos que pueda hacerlo.

En fin, en México comenzaron la carrera por la Fiscalía 32 aspirantes, de los cuales dos fueron descalificados por presuntos plagiarios: Braulio Robles Zúñiga y Angélica Palacios Zárate, es decir, que sus ponencias presentadas no eran de ellos y sabrá Dios de quien.

Ambos, presentaron ensayos que contenían por lo menos 10 párrafos idénticos.

Los textos pudieron haber sido retomados de un ensayo titulado “Reflexiones sobre la corrupción”, escrito por el doctor Alejandro Tomasini Bassols, de acuerdo a la plataforma para rastrear contenidos duplicados “Plagiarisma”, sin embargo el Senado no ha confirmado tal hipótesis.

Serán los Yunes de Veracruz, el panista Fernando Yunes Márquez y su tío el priista Héctor Yunes Landa, los que estudiarán expedientes y propuestas de los candidatos para finalmente emitir un dictamen de idoneidad para los que cumplan los requisitos.

No obstante, aunque se dice que la selección continúa, en “radiopasillo” se comenta que el proceso podría ya estar decidido y que sería Ximena Puente de la Mora, actual comisionada presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), quien ocupe tan importante cargo.

En buen castellano, el hecho de que desde ahora se rumore que alguien podría ser la fiscal y la falta de autonomía para moverse, son las primeras de muchas otras zancadillas más de quienes se oponen a la creación de una verdadera Fiscalía Anticorrupción que todo indica, nacerá muerta y la historia seguirá siendo la misma... QUÉ LÁSTIMA QUE EL CAMINO HACIA EL INFIERNO, SIEMPRE ESTÉ EMPEDRADO DE BUENAS INTENCIONES.