Transparencia 3.0

¿Fuero de maternidad?

Naldy Rodríguez



Da vergüenza reconocer que con licenciatura, maestría y experiencia laboral, tú seas la víctima del acoso o de acciones intimidatorias, tanto de hombres como de mujeres. También da pena admitir que eres discriminada o agredida por estar embarazada
Cuando te conviertes en madre es un momento único, especial y memorable, al menos para la mayoría de las mujeres, pero para algunas representa un martirio, una de las peores etapas de su vida. No exagero.

Griselda Herrera López asegura que su último embarazo (hace cuatro años) lo vivió entre amenazas de aborto y el acoso constante en el ámbito laboral. Justo cuando se sentía más débil. Y yo le agregaría cuando te sientes gorda, fea, adolorida y sensible.

Justo en esa etapa, tuvo que enfrentar discriminación, pero sobre todo la pérdida de su trabajo, sin que mediara una liquidación justa. Con un bebé en brazos y otros dos pequeñines debía satisfacer las necesidades básicas de la familia en condiciones económicas y emocionales adversas.

El despido injustificado de Griselda en el Poder Judicial de Veracruz no fue el único. Otras 20 mujeres –en condiciones similares– han perdido su fuente de empleo. Todas durante el periodo en el que ha estado al frente del TSJE, Alberto Sosa Hernández.

“Nos quedamos calladas porque: cómo, siendo abogadas, podamos padecerlo y muchas estando embarazadas podemos padecer discriminación y esas agresiones tan ferocesâ€, comenta con un tono de hastío. Lleva cuatro años de luchar contra el sistema y tuvo que dejar su país.

Da vergüenza reconocer que con licenciatura, maestría y experiencia laboral, tú seas la víctima del acoso o de acciones intimidatorias, tanto de hombres como de mujeres. También da pena admitir que eres discriminada o agredida, afirma la abogada, quien llevaba más 15 años de antigüedad en el Poder Judicial.

Ana (nombre ficticio) tiene una historia similar. Poco después de convertirse en madre fue despedida y las súplicas ante el magistrado presidente no le sirvieron de nada. “No me importaâ€, fue lo que escuchó.

Ahora busca que se aplique en su caso el criterio del Tribunal Colegiado de Zapopan, Jalisco, emitido en febrero de 2014. El único en México
que ha contemplado el “fuero de maternidadâ€.

En dicha sentencia, los magistrados concluyeron que las trabajadoras embarazadas y en situación de maternidad cuentan con estabilidad reforzada en el empleo, aduciendo marcos internacionales en derechos humanos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que sostiene que se debe conceder “especial protección a las madres durante un periodo de tiempo razonable antes y después del partoâ€.

La ponencia aprobada por unanimidad y elaborada por un hombre, el magistrado Rodolfo Castro León, aclara que solamente razones legítimas y excepcionales pueden dar cabida al despido de la mujer trabajadora durante los periodos protegidos, como son las faltas graves o la cesación de las actividades de la empresa.

¿Qué es?, ¿cómo se puede aplicar? En países como Panamá y Colombia, el fuero maternal constituye un derecho para que las mujeres puedan conservar su empleo, tanto en el embarazo como después del nacimiento del bebé.

En el caso de la Corte Constitucional de Colombia determinó que es necesaria la “estabilidad reforzada†en el embarazo o después de dar a luz porque durante esos periodos las mujeres guardan condiciones físicas especiales y necesidades determinadas que las hacen merecedoras de conservar el empleo con mayor énfasis. Máxime si son jefas de familia.

“Saben que el punto débil es el hijo… Y nos sacrifican para poner a hombresâ€, coinciden las dos protagonistas de esta historia.

Ahora buscan sentar precedente en Veracruz para dotar de estabilidad laboral a las mujeres desde el momento en que está en gestación hasta el primer año de vida del menor.

Aunque no estemos en sus zapatos, creo que vale la pena reflexionarlo…


“La sensación de que la textura de aquel bello papel merecía una pluma de verdad y no un vulgar lápiz era por demás intensaâ€.
1984 George Orwell